Crónica de una travesía - Jornada 1 - Nieve y ventisca

Última rampa del Rayal

Estoy apoyándome en el vértice de la cumbre del Rayal (1.834 m) mientras, con las manos ateridas por el frío y azotado por la fuerte ventisca, intento que las fotos que le estoy haciendo a Fran salgan correctamente expuestas y derechas, que no se llene la lente frontal de copos de nieve y no se me vuelen los guantes.


Y poniéndome algo nervioso anticipando el que tiene toda la pinta de ser un descenso tenso que nos exigirá la máxima concentración.


Es el primer día de la TransK y no podía haber empezado con más rock'n'roll.


Escapando de la cresta


Comenzamos nuestra singladura con una ascensión sin complicaciones al Cerro Carboneras (1.462 m) para la que hemos salvado un desnivel de unos 800 metros.
Desde allí nos asombramos de la visión del cresterío del Aguilón Loco, nuestro siguiente objetivo, en todo su esplendor y crudeza; tiene bastante nieve y se ven fumarolas en las zonas altas por la ventisca.
Bajamos al Puerto de Tíscar (1.189 m) para enfilar la ladera de la primera cumbre del macizo, el Rayal, con la que sumaremos 645 metros más de ascenso.



Una vez arriba, y como no hemos traído crampones -ya llevamos encima unos 20 kg- decidimos renunciar al cresterío por su peligrosidad sin el equipo adecuado.


El viento arrecia y nos hace perder el equilibrio. Por dónde bajar se convierte en un continuo ejercicio de observación y tanteo para evitar placas de nieve dura sobre losas de piedra inclinada, auténticas trampas para incautos. Sentimos el acecho de la montaña y los elementos esperando un error por el que pagar el tributo por nuestra osadía. No es la primera vez, ni será la última.

A contraluz


Cuando aún queda luz, encontramos un pequeño llano, ideal para plantar la tienda. Aquí haremos la verdadera primera noche de la TransK.

Es, desde luego, un gran primer día.

Minúsculo trozo de tela

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mucha pericia es la que hay que tener para hacer estas fotos, dignas de postal, los paisajes simplemente impresionantes, parece alta montaña comparable con zonas con de mayor altitud. Desde luego un lujo, tener esta joya tan cerca.
MBG.

José Antonio Pastor González dijo...

¡Qué buen comienzo! ¿verdad?

Aunque ya os lo había comentado por facebuk, enhorabuena por esa travesía tan exigente y preciosa!!!

Seguiré atento a los siguientes capítulos.
Un saludo y gracias por compartir :-D

José Antonio Pastor González dijo...

Ups!

Equivoqué el vínculo en mi nombre:

http://montanaspersonales.es/montanasdelsur

(lo digo para no despistar)

José Antonio Pastor González dijo...

Una cosa más, algo que escribí sobre las travesías tiempo ha (y ya dejo de dar la brasa):

No creo que haya forma más pura de disfrutar la montaña que haciendo travesías. El esquema básico de un día de monte habitual — de los míos — viene a ser el siguiente: madrugón, paliza de kilómetros, pechá de andar, patear y trepar para finalmente volver al coche, deshacer los kilómetros y llegar de noche a casa reventado. Estos días ...habituales se disfrutan, se saborean y mitigan al montañero hambriento que llevamos dentro aunque en ocasiones te dejan un regustillo amargo por el cansancio, las prisas y el tener un límite temporal definido: el sol se pone.

Afortunadamente, a veces podemos cambiar de registro para saciar verdaderamente el apetito voraz que tenemos de aire, luz y rocas. Para conseguir este propósito no hay nada como una travesía, es decir, entrarle a la montaña armado hasta los dientes con todo lo puesto y sabiendo que vas a hacer, como poco, una noche en su vientre. Me gusta esa sensación de saber que todo lo que necesito está conmigo, sobre mis costillas. Me encanta sentirme autónomo mientras el sol comienza a declinar y no me apuro por regresar al valle. Es realmente un lujo al alcance de muy pocos apreciar cómo se alarga la sombra de la montaña en la que estamos aupados y como el sol poniente lame los pliegues de cordilleras lejanas anunciando el último fulgor mientras en el llano reina ya la noche.

Anónimo dijo...

...HOLA pareja, ¡¡FELICIDADES!!! no solamente porque hoy sea Navidad, sino porque realmente me habéis dejado impresionado de verdad. Además de haber hecho una actividad de envidia (sana),de las que se puede estar "supermegacontento", se nos cae la baba al leerla.Y bueno, las fotos y la presentación no tienen desperdicio.
Por favor, seguid así para nuestro goce y disfrute, gracias. ¡¡¡Feliz Navidad!!!
Un saludo, Burrero